Practicamente todos los que llevamos algun tiempo en este mundillo estamos de acuerdo que lo aconsejable para el pádel es utilizar una única empuñadura que permita al alumno comenzar a desenvolverse e ir progresando adecuadamente en cada sesión. La empuñadura "Continental", también conocida como "la del martillo", es la adecuada para practicamente el 90% de los jugadores. El asunto se complica cuando el jugador va adquiriendo más nivel. Es aquí donde no estan claros los modelos técnicos y las orientaciones por parte de los autores y entrenadores más relevantes. Por tanto, al principio soy de la opinión que al alumno hay que mostrarle la "continental" y obligarle en parte, a volver a ella en cuanto se despista y agarra la paleta con empuñaduras más extremas. Más adelante cuando este ha adquirido un nivel importante, es el momento en el que él podrá ir variando estos agarres para jugar a su antojo con los efectos que cada variante nos otorga.
Esta es la empuñadura "continental", la del martillo, como si quisiéramos golpear un clavo, como si le diéramos la mano a otra persona. Es una forma muy equilibrada de agarrar la paleta y esta nos permite actuar y ejecutar rápidamente todos los golpes del catálogo padelero.
Más adelante analizaremos el abanico de empuñaduras disponibles, herencia del tenis, y comentaremos los beneficios e inconvenientes que infieren cada una de ellas.
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