domingo, 24 de octubre de 2010

Lesiones Óseas.





RAUMATISMOS DEL BRAZO

La región anatómica del brazo se encuentra entre el hombro y el codo albergando un solo hueso que es el húmero. A través del brazo discurren las arterias y nervios en su trayecto hacia el antebrazo y la mano. Los traumatismos en el brazo son poco frecuentes aunque enormemente limitantes ya que podrían impedir la utilización de la mano durante su recuperación. Disminuir estos tiempos de recuperación es nuestro objetivo a través de procedimientos mínimamente invasivos que no añaden más agresión a los tejidos de la que ha producido el traumatismo.
  • Fracturas de húmero
  • Rotura de bíceps braquial


Fracturas de húmero  
Las fracturas de húmero son poco frecuentes (5%) y obedecen a un impacto de alta energía, ya que en esta región el hueso es de tipo cortical y por lo tanto muy duro. Los deportes de contacto como las artes marciales, así como deportes que puedan producir caídas violentas (automovilismo, motociclismo, ciclismo, barranquismo, parapente) predisponen a sufrir este tipo de fracturas. Su tratamiento generalmente suele ser no quirúrgico pero en algunas ocasiones la estabilización requiere de una mínima intervención para la introducción de un tutor intraóseo de forma que el paciente pueda reincorporarse a su actividad habitual lo antes posible.


Rotura de bíceps braquial 
Las lesiones traumáticas del bíceps son poco frecuentes y prevalecen en varones entre 40 y 60 años que sufren una extensión brusca e inesperada del codo cuando éste está flexionado. El músculo bíceps tiene dos anclajes en el hombro y uno en el codo pudiéndose romper en cualquiera de los tres. La rotura más frecuente(96%) es la de uno de los anclajes superiores (porción larga del bíceps) produciéndose el descenso del músculo vulgarmente conocido como “brazo de popeye” por su aspecto similar al del mencionado dibujo animado. Esta rotura implica una disminución de la fuerza de flexión y supinación del codo, así cómo un aspecto estético anormal por lo que suele repararse con una pequeña intervención quirúrgica. Las roturas del anclaje inferior son todavía más invalidantes y también se reparan quirúrgicamente.



TRAUMATISMOS DEL CODO

La articulación del codo está formada por las porciones inferior del húmero y superiores decúbito y radio. Su lesión se produce fundamentalmente tras el impacto de la mano contra el suelo con el codo en extensión, siendo especialmente vulnerables los niños y la tercera edad. Tanto si existe rotura ósea (fractura) como si hay separación entre los huesos de la articulación (luxación) se requiere un diagnóstico eficaz y un rápido tratamiento para evitar la aparición de secuelas.
  • Fracturas de paleta humeral
  • Fracturas de cabeza de radio
  • Fracturas de olécranon
  • Luxaciones del codo


Fracturas de paleta humeral 
La paleta humeral es la porción inferior del húmero que conecta con la parte superior del cúbito y radio formando la articulación del codo. Los traumatismos en esta región suelen producirse tras caída e impacto sobre la mano con el codo en extensión. Es necesaria una exploración neurovascular urgente para valorar lesiones en estructuras vasculares y nerviosas que pasan a este nivel y que se encargan del trofismo de la mano. El tratamiento se realizará en función del tipo de fractura y la edad del paciente con la finalidad de restituir, lo antes posible y sin secuelas, la funcionalidad de la articulación del codo.

Fracturas de cabeza de radio 
Las fracturas de radio son producidas fundamentalmente de forma indirecta por transmisión de un impacto de la mano hacia el codo. Pueden ser caídas fortuitas o durante la realización de actividad deportiva o laboral. Cuando tienen lugar el codo se inflama y su movimiento es muy doloroso. El tratamiento busca la restitución de la anatomía normal del radio para iniciar el movimiento cuanto antes e impedir la aparición de rigidez.


Fracturas de olécranon  
El olécranon es la parte superior del cúbito que articula con el húmero para que podamos realizar la flexión y extensión de nuestro codo. Una fractura de olécranon supone la imposibilidad para la realización de esta función. Ocurren tanto en el paciente de edad avanzada como en el joven y suele ser por caídas con el codo en flexión. Dada su relevancia en el movimiento del brazo su reparación debe ser rápida y precisa para evitar secuelas en la bisagra del codo. A través de procedimientos mínimamente invasivos se puede conseguir la restitución articular minimizando los riesgos de grandes cirugías e iniciar el movimiento en un breve período de tiempo.


Luxaciones del codo 
La articulación del codo tiene lugar entre el húmero y el cúbito y radio. La luxación de codotiene lugar con mayor frecuencia en la segunda década de la vida. La separación traumática entre brazo y antebrazo es frecuente en el ámbito deportivo, especialmente en aquellos deportes que pueden provocar impactos sobre la mano con el codo en extensión. Ello es posible en artes marciales, futbol, baloncesto y escalada, entre otros.
Esta lesión no sólo compromete las estructuras óseas sino las ligamentosas y neurovasculares por lo que se requiere un meticuloso estudio en el servicio de urgencias para diagnosticar el grado de afectación tratándolo entonces adecuadamente.
En un primer momento la recolocación del codo en situación anatómica es primordial a través de un suave gesto y en algunas ocasiones bajo anestesia. Si a pesar de la congruencia articular, el codo se presenta inestable, puede ser necesario reforzar la estabilidad ósea con una intervención quirúrgica.


TRAUMATISMOS DEL ANTEBRAZO

El antebrazo se ubica entre el codo y la muñeca albergando el cúbito y el radio. Las musculatura del antebrazo se encarga de la movilidad de la muñeca y de la mano. Las lesiones traumáticas a este nivel tienen mayor incidencia en deportes de contacto y en agresiones.
  • Fracturas de cúbito y radio


Fracturas de cúbito y radio  
Las fracturas del cúbito y radio son las más frecuentes de la infancia y tienen lugar generalmente por caídas en lugares de recreo y durante la práctica deportiva. En la edad adulta los accidentes de tráfico y los deportes de contacto son las causas más frecuentes de lesión a este nivel. El tratamiento depende del tipo de fractura y grado de desplazamiento. Se realizará tratamiento conservador siempre que la fractura lo permita relegando el tratamiento quirúrgico a aquellas fracturas difícilmente estabilizables mediante escayola.



TRAUMATISMOS DE MUÑECA Y MANO

La mano es quizá la herramienta más importante que tiene nuestro cuerpo. El normal funcionamiento de la mano juega un papel fundamental en nuestra vida laboral y de relación con el entorno. Es por ello que las lesiones traumáticas a este nivel, así como las secuelas que de ellas se derivan toman una relevancia especial en nuestras vidas.
  • Fracturas del tercio inferior de radio y cúbito
  • Fracturas del carpo
  • Fracturas de la mano
  • Luxaciones del carpo
  • Lesiones tendinosas de la mano


Fracturas del tercio inferior del radio y cúbito 
La articulación de la muñeca une las regiones del antebrazo y la mano implicando losextremos inferiores del cúbito y radio así como los huesos del carpo.
Las fracturas del radio distal son las más frecuentes de la extremidad superior. En gente joven se asocian a traumatismos de alta energía como accidentes de tráfico, caídas desde altura o accidentes deportivos. En el paciente mayor la carencia de hueso a este nivel (osteoporosis) hace de esta región un lugar muy susceptible de fractura con pequeños impactos.
El tratamiento difiere según el tipo de fractura y edad del paciente. El paciente de edad avanzada se beneficia habitualmente del tratamiento conservador con escayola. En el paciente joven el desplazamiento suele ser difícilmente manejable con inmovilización con yeso por lo que es frecuente la realización de una pequeña intervención para la recuperación anatómica de la muñeca pudiendo reincorporarse a su actividad habitual en el menor tiempo posible y con el menor riesgo de complicaciones.


Fracturas del carpo  
Dentro de la región anatómica de la muñeca se encuentran los huesos del carpo. El hueso escafoides es el que se fractura con más frecuencia tras caídas sobrela mano en extensión. Es por ello una lesión característica en deportes cómo motociclismo, ciclismo y patín donde se pueden sufrir traumatismos a gran velocidad. El dolor se localiza en la zona de la muñeca siguiendo el eje del pulgar (tabaquera anatómica) y aumenta con la palpación. Las fracturas desplazadas se suelen estabilizar quirúrgicamente sin cicatriz,a través de la introducción percutánea de un tornillo intraóseo que permite el inicio de la movilización de la articulación inmediatamente. Las fracturas en otros huesos del carpo son menos frecuentes y su tratamiento dependerá del tipo de fractura y edad del paciente.


Fracturas de la mano  
Las fracturas de los metacarpianos y las falanges suponen el 10% del total de todas las fracturas y más de la mitad se deben a traumatismos laborales. Debido a la importancia que tiene la mayor herramienta de nuestro cuerpo en la vida diaria, su perfecta recuperación exige de un conocimiento de la anatomía y biomecánica exquisita para poder diagnosticar y tratar adecuadamente sus lesiones. Son muy frecuentes las rigideces por inmovilizaciones prolongadas por lo que proponemos técnicas mínimamente invasivas que permitan una movilización precoz y unareincorporación a la actividad cotidiana lo antes posible.


El tratamiento dependerá del tipo de fractura y grado de desplazamiento. Las fracturas desplazadas suelen requerir tratamiento quirúrgico. En este caso una cirugía destinada a una movilización precoz con un riesgo mínimo de complicaciones exige un gran conocimiento de la biomecánica articular así como un meticuloso manejo de los tejidos adyacentes al hueso.
Luxaciones del carpo 
El carpo está formado por dos hileras de huesos; la hilera superior (escafoides, semilunar, piramidal y pisiforme) y la inferior (trapecio, trapezoide, hueso grande y hueso ganchoso). Todos estos huesos se unen entre si gracias a los ligamentos intrínsecos. Cuándo estos ligamentos se rompen y los huesos se separan hablamos de luxación. Las luxacionesmás frecuentes son las perilunares y suelen asociarse a fracturas de escafoides (fractura-luxación). Estas lesiones ocurren tras traumatismos de alta energía por accidentes de tráfico, precipitaciones, uso de maquinaria pesada o deportes de aventura. Los ligamentos que estabilizan el hueso semilunar se rompen y éste se desplaza. Es necesaria una recolocación urgente del hueso en su lugar seguida de una estabilización quirúrgica para facilitar la cicatrización ligamentosa.


Lesiones tendinosas de la mano  
Los tendones son las terminaciones de los músculos del antebrazo que llegan a los dedos a través de la muñeca y que se encargan de los movimientos tan precisos que realizan nuestros dedos.
Los tendones que extienden los dedos se llaman extensores y se encuentran en la cara dorsal de la mano y los que los flexionan se denominan flexores y se ubican en la cara palmar de la mano. Los tendones se encuentran inmediatamente debajo de la piel lo que los hace muy susceptibles a lesiones traumáticas. Son frecuentes las lesiones tendinosas en personas que trabajan con instrumentos cortantes: carniceros, empleados de copistería, cocineros, charcuteros, etc. Debido a la proximidad de los tendones a estructuras neurovasculares es imprescindible explorar detalladamente las heridas para confirmar que los nervios y arterias adyacentes no han resultado dañados. El tratamiento de las roturas tendinosas debe ser urgente para iniciar el movimiento pasivo de una forma temprana evitando la aparición de adherencias y posterior rigidez.



TRAUMATISMOS DE LA CADERA

La articulación de la cadera representa la unión del fémur y la pelvis. En pacientes de edad avanzada la cadera puede fracturarse simplemente caminando debido al déficit de calcio (osteoporosis), muy frecuente a este nivel. Sin embargo, en la población joven se requiere un gran traumatismo para producir una fractura o luxación en esta región. Actualmente y gracias al avance de la traumatología mínimamente invasiva hemos conseguido recuperar estas lesiones a través de pequeñas incisiones devolviendo a nuestros pacientes a su actividad habitual en un periodo de tiempo muy corto.
  • Fracturas de acetábulo
  • Fracturas de tercio superior del fémur
  • Luxación de cadera


Fracturas de acetábulo 
El acetábulo es la concavidad de la pelvis donde se aloja la cabeza del fémur formando con éste la articulación de la cadera. Las fracturas de la cadera por afectación del acetábulo obedecen a traumatismos de alta energía como accidentes de tráfico, deportes de riesgo y precipitaciones desde grandes alturas. Son lesiones complejas y difícilmente valorables con radiología convencional por lo que se requiere estudio mediante tomografía computerizada (TAC) para estimar la gravedad de la lesión y planificar su tratamiento específico.


Fracturas de tercio superior del fémur  
Las fracturas del tercio superior del fémur, aunque también pueden producirse en pacientes jóvenes, son fracturas más frecuentes en la edad avanzada y debido a mínimos traumatismos a causa de la osteoporosis a este nivel. El enorme espectro de fracturas que existe en esta zona es amplio y por tanto sus tratamientos son distintos.

Los tratamientos conservadores exigen grandes temporadas de encamamiento dada la localización de la lesión por lo que abogamos siempre que sea posible por una cirugía mínimamente invasiva gracias a la cual con pequeñas incisiones se restaura con facilidad la anatomía devolviendola articulación a su rango de movilidad habitual en el menor tiempo posible.


Luxación de cadera  
La luxación de la cadera implica que la cabeza del fémur se desarticula de la pelvis. Su incidencia está muy relacionada con la de los accidentes de tráfico, ya que representa su causa más frecuente. Las luxaciones pueden ser anteriores (15%) o posteriores (85%) y éstas últimas pueden asociarse a una lesión del nervio ciático por compresión. La reducción o recolocación de la cabeza femoral en su lugar debe ser antes de doce horas para impedir la osteonecrosis o muerte de la cabeza femoral por insuficiencia vascular.


TRAUMATISMOS DEL MUSLO

La región del muslo se ubica entre la cadera y la rodilla albergando el hueso más grande de nuestra anatomía, que es el fémur. Rodeando el fémur se encuentran potentes músculos que desempeñan un papel crucial durante la marcha fundamentalmente cuando se trata de subir o bajar escalera o desplazarse por terrenos con desnivel. Gran parte de las lesiones deportivas musculares ocurren a este nivel debido a la sobrecarga a la que se somete esta región muscular durante la práctica deportiva.
  • Fracturas de fémur
  • Roturas musculares


Fracturas de fémur  
Nos referimos en este apartado a la porción media del fémur, a su diáfisis. Las fracturas a este nivel se asocian frecuentemente a traumatismos de alta energía como accidentes de tráfico o caídas desde grandes alturas y suelen acompañarse de fracturas a otros niveles constituyendo lo que denominamos politraumatismo. Se han descrito también fracturas de estrés en atletas de competición después de sobreesfuerzo repetitivo pero son muy poco frecuentes. El tratamiento es eminentemente quirúrgico proponiéndose un tutor intraóseo ubicado con una mínima incisión (menos de 3 centímetros) con la finalidad de quitar el dolor, restituir la longitud del muslo e iniciar cuanto antes el movimiento.


Roturas musculares 
Las roturas musculares a nivel del muslo son frecuentes durante la práctica deportivay se clasifican en parciales o completas. Las rupturas parciales o fibrilares abundan más que las completas pudiendo afectar al compartimento cuadricipital anterior o isquiotibial posterior. Su tratamiento suele ser rehabilitador salvo grandes rupturas que pudiesen beneficiarse del tratamiento quirúrgico. Las rupturas completas ocurren generalmente en el tendón que es la zona de anclaje entre el músculo y el hueso. Su diagnóstico requiere estudios ecográficos y/o deresonancia magnética para verificar el tamaño de la lesión.

TRAUMATISMOS DE RODILLA

La articulación de la rodilla está formada por las partes inferior del fémur, superior de latibia y posterior de la rótula actuando como una gran bisagra. Es la articulación más lesionada en el deportista y su tratamiento exige un gran conocimiento de la anatomía así como de la cirugía traumatológica, protésica y artroscópica.
  • Fracturas del tercio inferior del fémur
  • Fracturas del tercio superior de la tibia
  • Fracturas de rótula
  • Lesiones ligamentosas de rodilla


Fracturas del tercio inferior del fémur  
Las fracturas en el tercio inferior del fémur son poco frecuentes. Pueden afectar al paciente joven tras un traumatismo de alta energía y al paciente anciano tras una simple caída casual debido al déficit de calcio a este nivel.
Al tratarse de fracturas articulares suponen un desafío terapéutico para el cirujano dado que la restitución de la anatomía debe ser exquisita para evitar complicaciones posteriores. Actualmente y gracias a los avances en traumatología mínimamente invasiva pueden restaurarse estas fracturas a través de pequeños abordajes percutáneos que minimizan la lesión musculocutánea favoreciendo una recuperación más rápida y confortable.

Fracturas del tercio superior de la tibia 
Las fracturas en el tercio superior de la tibia suponen el 1% de todas las fracturas y el 8% de las fracturas del anciano. Están causadas por fuerzas violentas que producen desviaciones laterales sobre la rodilla. La osteoporosis en el paciente de edad facilita estas fracturas. Son lesiones que también vemos en el ámbito deportivo fundamentalmente en aquellos deportes que exigen un sobreesfuerzo de la articulación de la rodilla como el esquí, el fútbol o el patinaje. En los deportistas suelen acompañarse, además, de lesiones ligamentosas que pueden pasar desapercibidas si no se realiza una exploración exhaustiva.
El tratamiento de las fracturas del tercio superior de tibia es quirúrgico con la finalidad de devolver a la rodilla su anatomía normal para el rápido inicio de la movilidad articular. Los avances en técnica artroscópica y los nuevos implantes permiten el tratamiento de estas fracturas de una forma poco agresiva y fiable que disminuye las complicaciones postoperatorias y agiliza el tiempo de recuperación.

Fracturas de rótula 
Las fracturas de rótula representan el 1% de todas las fracturas del esqueleto. Son doblemente más frecuentes en la mujer que en el hombre y, sobre todo, entre la tercera y quinta década de la vida. El impactode la rodilla en flexión sobre el suelo suele ser el mecanismo de producción habitual aunque en otras ocasiones se debe a una contracción brusca del cuádriceps. El hematoma y la imposibilidad para mover la rodilla hacen sospechar el diagnóstico que se confirma radiológicamente con una proyección lateral. El tratamiento de las fracturas de rótula se ha beneficiado de los avances en traumatología mínimamente invasivapudiendo ser resueltas a través de pequeñas incisiones en la piel gracias a la ayuda de la artroscopia.


Lesiones ligamentosas de rodilla  
Las lesiones ligamentosas de la rodilla tienen lugar fundamentalmente en la práctica deportiva aunque también pueden aparecer, y por ello deben descartarse, en el contexto de un politraumatismo. Obedecen generalmente a mecanismos de torsión y/o desviación femoral con la tibia fija en el suelo dando lugar a la rotura. Los deportes habituales de este tipo de lesiones son: futbol, esquí, baloncesto, voleibol, balonmano, artes marciales, deportes de raqueta, patinaje y rugby. Es realmente difícil la exploración clínica tras el traumatismo inicial debido a la inflamación y dolor en la rodilla por lo que en ocasiones una sedación anestésica puede ser de gran ayuda a tal efecto. Finalmente las técnicas de imagen y el estudio artroscópico completarán el estudio diagnóstico. El tratamiento de las lesiones ligamentosas de rodilla depende de diversos factores como la edad del paciente y el tipo de estructuras implicadas en la lesión. Generalmente, aquellas lesiones que producen inestabilidad o bloqueo de la rodilla reciben tratamiento artroscópico y rehabilitación posterior para recuperar la función normal de la rodilla.

TRAUMATISMOS DE LA PIERNA

La pierna es el segmento anatómico que se ubica entre rodilla y tobillo y alberga el hueso más duro de nuestro cuerpo: la tibia. Es por esta dureza que una fractura de tibia implica un traumatismo de muy alta energía como un accidente de tráfico, una caída desde una gran altura o el deporte de riesgo. La tibia comparte espacio en esta región anatómica con elperoné, cuya fractura suele acompañar a la de la tibia. Los avances en traumatología mínimamente invasiva han hecho posible resolver estos traumatismos a través de pequeñas incisiones que respetan la zona de la lesión.
  • Fracturas de tibia y peroné
  • Roturas musculares


Fracturas de tibia y peroné  
La región de la pierna engloba las diáfisis o zonas centrales de la tibia y el peroné. Son las fracturas de huesos largos (fémur, tibia, húmero, cúbito y radio) más frecuentes en el adulto y pueden producirse por un impacto directo (accidentes de tráfico, caídas desde gran altura, deportes de contacto o de motor) o por un mecanismo indirecto (torsión de la pierna en deportes de salto o sobrecarga repetida en bailarines y reclutas). El tratamiento varía en función del desplazamiento y el grado de afectación de la musculatura y piel circundante. El avance en las técnicas quirúrgicas ha permitido, cuando la indicación lo requiere, el empleo de una cirugía mínimamente invasiva que permite reparar grandes fracturas a través de mínimas heridas disminuyendo la agresión al tejido y favoreciendo la rápida incorporación a la actividad diaria.


Roturas musculares  
La región de la pierna incluye cuatro compartimentos musculares, todos ellos susceptibles de lesión. La musculatura más voluminosa de la pierna corresponde a los gemelos o gastrocnemios ubicados en la región posterior. Son los deportes que exigen gran demanda muscular de la piernacomo fútbol, atletismo, salto, voleibol o balonmano los que producen rupturas fibrilares a este nivel.
El tratamiento depende del grado de ruptura. En las rupturas fibrilares de grado 1 donde la lesión afecta a menos del 15% del músculo, el tratamiento conservador con frío, reposo y elevación de la pierna suele sersuficiente para la recuperación. En las rupturas fibrilares de grado 3 donde más del 75% del músculo se encuentra lesionado una pequeña cirugía para aproximar los bordes de la rotura y aportar factores de crecimiento puede acelerar el tiempo de recuperación.

TRAUMATISMOS DEL TOBILLO Y PIE.

A través del tobillo y el pie tomamos contacto con el suelo y se hace posible es desplazamiento de nuestro cuerpo. Los traumatismos a este nivel limitan, pues, la posibilidad de trasladarnos haciendo realmente incómoda la recuperación. Los traumatismos del tobillo pueden afectar a ligamentos, hueso o ambos y ocurren con mayor frecuencia durante la práctica deportiva. Los traumatismos del pie, sin embargo, tienen una mayor presencia en el ámbito laboral y obedecen a caídas desde altura o a impacto directo sobre su anatomía.
  • Fracturas del tobillo
  • Lesiones ligamentosas del tobillo
  • Rotura del tendón de Aquiles
  • Fracturas del pie
  • Luxaciones del pie


Fracturas del tobillo 
La articulación del tobillo une la pierna con el pie y su funcionamiento permitela normal deambulación que realizamos. Están implicados los tercios inferiores de la tibia y el peroné que articulan con el astrágalo del pie. Es una región anatómica muy susceptible de recibir lesiones fundamentalmente de dos tipos: alta energía en accidentes laborales o de tráfico produciendo las temibles fracturas de pilón tibial o de baja energía en el ámbito deportivo por mecanismos de torsión produciendo las fracturas maleolares.
Las fracturas de pilón tibial se acompañan de gran afectación de los tejidos circundantes al hueso por lo que requieren un tratamiento muy meticuloso de estos tejidos antes de resolver la lesión ósea. En las fracturas maleolares, características de deportes de salto y giro como fútbol, baloncesto, monopatín, voleibol, artes marciales, etc., la lesión se produce a nivel del mecanismo de pinza conocido como mortaja tibioastragalina que impide en condiciones normales que el pie se separe de la pierna.
Las lesiones del tobillo, como en general de todas las articulaciones del esqueleto, requiere una reconstrucción anatómica para evitar la rigidez articular por lo que se realizará unacirugía rápida y mínimamente invasiva para reincorporar al paciente lo antes posible a su actividad previa.


Lesiones ligamentosas del tobillo 
La región del tobillo contiene una serie de ligamentos que confieren estabilidad a esta articulación y que pueden verse vulnerados por traumatismos que provocan la inversión o eversión del pie. Son frecuentes en el ámbito deportivo y menos frecuentes por torceduras debidas a irregularidades del terreno al caminar. Los ligamentos que más sufren este tipo de lesiones son los ligamentos laterales interno y externo del tobillo.
Las lesiones de los ligamnetos laterales del tobillo son conocidas como esguinces y pueden ser de tres grados. Los esguinces de primer grado tienen lesionada menos de la mitad del grosor del ligamento, los de segundo grado más de la mitad y en los de tercer grado existe una rotura completa del ligamento. El tratamiento dependerá del grado de lesión por lo que el diagnóstico deberá ser muy preciso basado en la anamnesis, exploración física y las técnicas de imagen.

Rotura del tendón de Aquiles 
Sabemos que la rotura del tendón de Aquiles se produce con mayor frecuencia en varones entre los treinta y los cincuenta años y sabemos que es un mecanismo de contractura brusca lo que la desencadena pero no es muy bien conocida la causa que produce la debilidad del tendón. La rotura tiene lugar a 4 centímetros del anclaje calcáneo del tendón donde la nutrición del tendón es precaria por lo que se cree que existen factores tróficos implicados en la degeneración y rotura a este nivel. En cualquier caso, creemos oportuna la rápida sutura del tendón a través de una pequeñísima incisión aportando factores de crecimiento que estimulen y aceleren el proceso de cicatrización.

Fracturas del pie 
La región del pie está compuesta por huesos y articulaciones con numerosas funciones entre las que destacan el soporte de todo nuestro peso y la función de caminar. Es una región sometida a carga constantemente salvo cuando no caminamos y por ello su rápida recuperación es indispensable para poder desplazarnos de un lugar a otro.

El pie a su vez se divide en tres partes: retropié, mediopié y antepié y cada región sufre sus lesiones características. En el deporte las lesiones del pie son muy frecuentes debido a la implicación de éste en la mayor parte de ellos. Son también habituales las fracturas del retropié (calcáneo y astrágalo) en accidentes laborales o precipitaciones donde el paciente cae de pie desde una gran altura. Por lo general las fracturas del pie responden correctamente al tratamiento conservador reservando la actitud quirúrgica a aquellas lesiones complejas irreparables sin cirugía.


Luxaciones del pie 
Las potentes estructuras ligamentosas que unen los huesos del pie hacen que su ruptura sólo obedezca a traumatismos de muy alta energía como accidentes de tráfico o caídas desde gran altura. La separación entre los huesos de una articulación del pie de forma traumática produce una gran inflamación y dolor que impide caminar. Debido a la tumefacción y dolor la exploración física es difícil por lo que la radiología y la tomografía computerizada nos ayudarán a realizar un diagnóstico preciso. El tratamiento dependeráde la estabilidad de la lesión. Debe conseguirse la restitución y mantenimiento de la anatomía fisiológica del pié lo antes posible para disminuir el proceso inflamatorio y disminuir las potenciales secuelas que se puedan derivar de esta lesión.

Son típicas de la segunda y tercera década de la vida y afectan casi siempre al sexo masculino por su mayor predisposición a los deportes de velocidad (motociclismo, automovilismo, ciclismo, esquí) y de contacto (karate, judo, tae-kwon-do).
En función de la separación entre los huesos que forman la articulación (acromion y clavícula) el tratamiento puede ser conservador o quirúrgico. Cuándo la separación es grande y la posibilidad de restauración por métodos conservadores es imposible proponemos una rápida y mínima intervención para la reparación articular definitiva.



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